martes, 1 de febrero de 2011

desde mi ventana alcanzo a tocarle la cara. Diario de relacion, pag 27

 

habian transportado pales y colchones viejos, acomodando el refugio entre el oxido del puente elevado.
la habitación huele a humedad. desde la butaca mis ojos derechos repasan el movimiento del gato que golpea con el brazo que saluda el pañuelo blanco de encaje y la nalga de la estatica menina azul de sonrisa estatica. los papeles y el rotulador estan por el suelo, solo mi pañuelo permanece en el cuello de la camisa. la puerta se abre y se asoma el escritor que rapidamente vuelve a cerrarla. mi cabeza se para ahora ante la ventana desde la que oteo como (.) mira al mar nocturno, parece que los repiqueteos del tren impiden que se percate de la presencia de (;) detrás de el, con la gorra que le cubre las orejas y un cucurucho de churros en la mano. tengo ganas de levantarme, abrir la ventana y larzarme al mar, de empezar con todo. (.) tambien. una rata equilibrista pasa por su lado con la indiferencia del cuadro conocido, dandose cuenta del pequeño paquete enlazado anudado al cinturón y del olor a vino del economato. asi, con el silencio del alma y el viento moviendo las ramas de la vegetación del acantilado, veo como (;) saca la navaja y corta la cuerda ofreciendole el presente a (.) que ahora lo mira con sus ojos sin boca. su trazo manga no se altera y abre la caja. yo me levanto con las pulsaciones apagadas.
al contacto de una gota su trazo se altera y saca las lentes con parsimonia, unos elasticos quevedos dorados que me miran de frente, como insultando, rascandose la entrepierna. deja el envoltorio con elegancia sobre las conchas que llenan una caja y se levanta abrazando a su hermano.
el amanecer los descubre tumbados, uno contra el otro con la saliva seca en la boca y las camisas empapadas, del brazo de (.) sobresale una jeringa, del otro brazo abrazado la sangre seca del cadáver que habia enterrado en la playa. el sol va subiendo al ritmo que marcan los tornillos que repiquetan al paso del primer tren de la mañana con algo parecido a la ternura. (;) saca la jeringa del otro brazo, se desnuda y se tira al mar.
desde lo alto las gaviotas con su pico de plastico platican sobre el significado del error de la paloma. y yo asomado a la ventana viendo como en la calle frente a mi fachada, un hombre saca su mano roja del contenedor de basura y grita como si el fuego le quemara.
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