jugando a escribir, como Genet con el papel marron-prision o Fernandez Mallo en su escaner-poema pixelado de Capri, en el cafe Firenze de Sitges o en el meson Don Quijote de Vilanova, rodeado de madera envejecida y falsos andantes de escayola al lado de las tragaperras con The Killers de fondo y las imagenes de un programa matutino cualquiera. mi hijo lee el deportivo manchandose las manos. el mendigo de Velazquez preside la mesa y las dieciocho latas de sulfato de amonio
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